Sin embargo, se ha comprobado que el lémur de cola anillada utiliza distintas expresiones faciales ante diversas situaciones, como una mirada fija amenazante, echar hacia atrás los labios en señal de sumisión, o girar hacia atrás las orejas y ensanchar las fosas nasales durante el marcado territorial. También se ha visto a esta especie utilizando bostezos como señal de amenaza. Algo así como los polvos que trajeron los lodos bakaladeros.