El 24 de julio, el Atlético debutó en su primer torneo del verano, el Torneo de Ámsterdam. Fue un partido de mucho centrocampismo y pocas ocasiones, en el que el Atlético se cargó de tarjetas y tuvo que realizar un juego algo más duro para contrarrestar la superioridad numérica del Salamanca en el centro del campo. Vino entonces una mala racha de dos empates, primero el Salamanca a domicilio en la sexta jornada, con el que empató a cero.